lunes, 19 de febrero de 2007

MODELO DE JONASSEN Y MODELO NOM DE GÀNDARA

Diferenciar entre aprender sobre, desde y con la computadora (Jonassen); y los diferentes niveles, orientaciones y modalidades del MODELO NOM, que ejemplifican que hay màs de una manera de utilizar la computadora en educaciòn.





jueves, 8 de febrero de 2007




Enfoque educativo y perfil del alumno y del docente del Siglo XXI

La noción que aún prevalece sobre el proceso educativo está basado en el modelo de transmisión y recepción del conocimiento. Al maestro se le define como la principal fuente de transmisión a al alumno como un mero receptor de información.
Bajo este enfoque, se privilegia a la memorización como la habilidad cognitiva más importante a desarrollar en el alumno; los materiales educativos son sólo auxiliares secundarios en esta tarea; y el arreglo de los salones se dispone también para hacer más eficiente la transmisión sincrónica de información a un grupo amplio de estudiantes.
La lógica es que el aprendizaje simultáneo en grupo es más eficiente a medida que haya mayor número de estudiantes. En ese mismo esquema, las evaluaciones miden fundamentalmente la capacidad de retención de información y la medición sobre otros procesos cognitivos es subestimada.
El enfoque que hoy se impulsa coloca al aprendizaje como el foco central de la educación; el desarrollo integral de cada estudiante, por tanto, subraya la importancia de las características individuales de cada alumno, de sus lagunas y fortalezas, así como del nivel de desarrollo de cada uno de sus respectivos procesos cognitivos. Es así, entonces, que los nuevos programas educativos se centran en la evaluación diagnóstica, en la evaluación formativa a lo largo de los procesos de aprendizaje y en la evaluación formativa al término de cada programa.
Estos programas permiten al alumno avanzar a su propio paso; les ofrecen oportunidades de remedio académico; propician el aprendizaje colaborativo a través de múltiples experiencias de aprendizaje y evalúan no solo el dominio de información relevante, sino también habilidades complejas del pensamiento.
Asimismo da una alta prioridad al desarrollo de habilidades analíticas, de manejo de lenguajes (nativas o extranjeras, herramientas de análisis cualitativo, cuantitativo y computacional), así como la formación de valores y actitudes indispensables para insertarse como individuos exitosos en la sociedad del siglo XXI.
Como consecuencia, el perfil del nuevo maestro cambia radicalmente, de ser un simple transmisor de información, pasa a ser promotor, facilitador y guía del alumno en su tránsito por múltiples experiencias de aprendizaje. Es así que el aula escolar se transforma en un escenario en el se ofrecen múltiples recursos de aprendizaje individualizado y colaborativo; más aún, la típica aula escolar ya no es el único espacio de actividad educativa.
De igual manera la oferta de programas y materiales de aprendizaje interactivo se multiplica para dar cauce a la infinidad de temáticas especificas que pueden ser del interés particular de cada alumno.
La evaluación del dominio que cada alumno muestra sobre determinada temática se constituye en el referente principal para continuar su avance en el programa. La información que obtiene cada maestro de cada uno de sus alumnos, en cuanto al valor agregado educativo de cada unidad, en cada modalidad educativa, se convierte en la base esencial del cambio, ajuste y consolidación de los procesos de instrucción.Es así como el maestro identifica los mejores procedimientos didácticos para cada perfil del alumno; entonces, cada aula se transforma en un verdadero laboratorio para la innovación escolar; cada maestro se convierte en un autentico investigador educativo orientado a la innovación. De esta manera el maestro del siglo XXI, además de ser promotor, facilitador y guía del aprendizaje, se constituye también en un investigador de la labor docente que orienta su esfuerzo hacia la mejora cualitativa continua de su actividad cotidiana.